El dolor paraguayo (fragmento)Rafael Barrett
El dolor paraguayo (fragmento)

"Las escondidas divinidades rústicas acogen vuestra adormida tristeza. Apagada la esperanza en vuestros corazones, y en vuestra inteligencia la curiosidad, os acomodáis al yermo, a la desnudez desesperada de vuestras chozas y de vuestros instintos. Es que la desconfianza, el miedo y la sumisión inerte pesan en vuestra carne. Es que os pesa la memoria del desastre sin nombre. Es que habéis sido engendrados por vientres estremecidos de horror y vagáis atónitos en el antiguo teatro de la guerra más despiadada de la historia, la guerra parricida y exterminadora, la guerra que acabó con los machos de una raza y arrastró a las hembras descalzas por los caminos que abrían los caballos, quizás ignorantes de vuestra orfandad y de vuestro luto; vivís desvanecidos en la sombra de un espanto. Sois los sobrevivientes de la catástrofe, los errantes espectros de la noche después de la batalla. ¿Qué son treinta años para restañar tales heridas? Seguís vuestro destino, pastores taciturnos. En torno vuestro las flores han cubierto las tumbas; nadie es capaz de atentar a la formidable fertilidad de la tierra; el hierro y el fuego mismo la fecundan; no hay para ella gestos asesinos. Por eso, en su vitalidad indestructible, ella que recibió los huesos de los héroes inútiles no ha de negar su paz austera a los hijos del infortunio.
¿Quién intentará curar, consolar a los que lo perdieron todo: fe en el trabajo, poesía, serena del hogar, poesía ardiente de una ternura que elige, sueña y canta? ¿Quién confortará a los que aún no rompieron en llanto y en ira? ¿Quién tendrá bastante constancia para combatir los fantasmas fatídicos, bastante piedad y respeto al tocar las raíces sangrientas del mal, bastante paciencia para despertar las mentes asombradas, bastante dulzura para atraerse las criaturas enfermas? Universitarios que proyectáis regeneraciones, retóricos del sacrificio, abandonad esa colmena central y dispersaos por los modestos rincones de vuestro país, para no chupar sus jugos a los cálices ingenuos, sino para distribuir la miel de vuestra fraternidad. "



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