La amigdalitis de Tarzán (fragmento)Alfredo Bryce Echenique
La amigdalitis de Tarzán (fragmento)

"San Salvador, 15 de julio de 1979.
Juan Manuel, amor,
Recibí tu última carta, angustiado por la falta de palabras mías, y con tu depresión nerviosa, o lo que sea que te pasó.
La angustia parece ser un mal universal. Todos estamos pisando arenas movedizas estos días. Por las más diversas razones, el mundo está inhabitable. Lo mismo aquí, como en tu departamento, como en Egipto. Figúrate que hoy recibí carta de una pareja de grandes amigos norteamericanos que están allá —él como agregado cultural de su misión diplomática en El Cairo—. Y hoy escriben: «Demasiada amargura se filtraría si prosiguiera el inventario de los absurdos que nos acometen». Esta frase me sorprendió viniendo de ellos, que partieron recién casados y llenos de ilusiones aventureras, hace menos de dos años. Ya ni la más optimista de las personas escapa a la tristeza, angustia, locura, desconcierto que es nuestro pan de cada día. Tampoco pueden vislumbrarse días mejores.
En la oficina, que siempre ha sido un gran descanso emocional, como son las oficinas, por su trato impersonal y cotidianamente fácil, ahora todo está en la mayor zozobra.
En fin, habrás leído, quizás, que soltaron a los dos ingleses secuestrados. Pero ahora se han ido TODOS los ingleses, menos una docena, de los cuales tenemos dos en la oficina. Y están tristísimos. El socio de mi tío y su hijo son ingleses, y han recibido órdenes de evacuar. El hijo se quiere ir, el papá no. Pero quizás tendrán que partir. No pueden salir a ningún lado. Tienen que tener cuidado siempre, y eso no es vida. "



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