Homenaje a Quevedo (de Lo diverso y lo unitario) "No he de callar por más que con el dedo -¡ése dedo que apunta y acongoja y que me tienta y me hurga! ¡ah, carne floja!- me atenacen la voz como a Quevedo. Nadie como él nos descifró el enredo: que la vida era ciega, sorda y coja y que otra vez del sueño nos arroja: la voz del culo que llamamos pedo. ¡Ah, chupado, roedor, prensil, taimado, oler humano, olfatear divino -érase un hombre a una nariz pegado...- que dijiste del hombre peregrino polvo serás mas polvo enamorado por salvar de la nada su camino. " epdlp.com |