Lejos de Manaos (fragmento)Francisco José Viegas
Lejos de Manaos (fragmento)

"Jaime Ramos rara vez soñaba, a no ser que fuera presa de la fiebre. Y cuando soñaba se olvidaba rápidamente de los temas, de las imágenes, de los rostros. Sao Paulo era una ciudad demasiado grande como perder el tiempo en interpretar las claves de sus sueños; el hotel, a dos pasos de Paulista, era un lujo admitido por su Director, al que le encantaba hablar de sus viajes:
"Maksoud Plaza, inspector, fue mi hotel durante varios años aquí en Sao Paulo. Suerte la mía. Porque de los pisos superiores podía verse lo mejor de Sao Paulo. Podían contemplarse las luces que brillaban en el cielo durante la noche, los helicópteros al atardecer, la estela de los lejanos aviones, los edificios más altos de la ciudad, las estrellas que nunca suelen verse. Permanecí un día en el Maksoud. Un día y una noche.
¿Cómo eran las habitaciones?
El Director se mostró sorprendido. Después dirigió la vista hacia el techo del gabinete, como si tratara de recordar, tratando de recordar con precisión cómo eran las camas del hotel, cómo estaban dispuestas las mesas de los cuartos, cómo era el restaurante de la planta baja. Y se dirigió finalmente a Jaime Ramos:
No sé. No logro acordarme. El tiempo ha pasado tan deprisa y hace tanto de eso. Pero permanecí toda una noche. "



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