Navegante solar (fragmento)David Brin
Navegante solar (fragmento)

"Es razonable esperar que en un futuro no demasiado lejano lleguemos a comprender algo tan simple como una estrella. A.S. Eddington, 1926.
Llegó a la puerta presurizada y a la luz verde que la anunciaba como la entrada trasera a una residencia alienígena. Cuando pulsó la célula receptora, la puerta se abrió de inmediato.
Surgió una brillante luz verdosa, la reproducción de la luz solar de una estrella distante muchos parsecs. La doctora se cubrió los ojos con una mano mientras sacaba con la otra unas gafas de sol de la bolsa que colgaba de su cadera, y se las puso antes de entrar en la habitación.
Vio en las paredes tapices tejidos de jardines colgantes y una ciudad alienígena situada al borde de un precipicio. La ciudad se aferraba al precipicio, titilando como vista a través de una cascada. A la doctora Martine le pareció que casi podía oír una música aguda y clara, gravitando justo por encima de su espectro auditivo. ¿Podía explicar eso su respiración entrecortada, sus nervios en tensión?
Bubbacub se levantó de una cama acolchada para saludarla. Su pelaje gris brilló mientras avanzaba sobre sus gruesas piernas. Con la luz actínica y el campo gravitatorio de uno con cinco, Bubbacub perdía toda la "simpatía" que Martine había visto antes que él. La pose del pil y sus piernas arqueadas hablaban con fuerza.
La boca del alienígena se movió, chascando. Su voz, procedente del vodor que colgaba de su cuello, era suave y resonante, aunque las palabras surgían entrecortadas y separadas.
-Me alegro de que haya venido.
Martine se sintió aliviada. El representante de la Biblioteca parecía relajado. Se inclinó levemente.
-Saludos, pil Bubbacub. He venido a preguntarle si tiene más noticias de la Sucursal de la Biblioteca.
Bubbacut abrió la boca, llena de dientes afilados como agujas. "



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