Un cuento para Saroyan (fragmento)Álvaro Cepeda Samudio
Un cuento para Saroyan (fragmento)

"El libro es grande y con dibujos limpios en verde, rojo y amarillo. Pienso que me gustaría tener este libro para ver todos estos dibujos que ilustran los cuentos. Hay una muchacha gorda que está tocando el piano con manos regordetas y ágiles en un cuento que se llama "Sweetheart, Sweetheart, Sweetheart". Antes hay una muchacha y un hombre que miran un tren desde una ventana y en el suelo hay cuadros. Este hombre debe estar mostrándole los trenes a la muchacha. El libro está lleno de dibujos y de cuentos.
"Me gustan los dibujos. Si los cuentos son como los dibujos, me gustaría tener este libro".
"Sí, son como los dibujos pero es muy caro. No podrás comprarlo".
"¿Cuánto cuesta?"
"¿Por qué no vas a la biblioteca de la universidad y lo prestas: por qué no lees todos los libros que quieras en esa forma?; todos lo hacen".
"Así no me gusta. Así no pueden gustarme los cuentos y hasta los dibujos me parecían feos. Para que me guste un libro tiene que ser mío. En un libro de la biblioteca no podría encontrar todas las cosas que hay en los libros que yo compro. Los libros que compran las bibliotecas son escritos para los que van a leer en las bibliotecas, en cambio..."
"Pero si es la misma edición".
"No importa".
"No seas loco".
"¿Por qué?"
"¿Cómo que por qué?"
"Fíjate, por ejemplo, Faulkner les agrega páginas y personajes a sus novelas cuando uno no lo está viendo, así que cuando tú lees un libro de él por segunda vez encuentras cosas que antes no había, y es por eso: porque él agrega páginas cuando uno no está en casa. En cambio, como los libros en las bibliotecas siempre están vigilados, Faulkner no puede meterse a agregarles cosas a sus novelas. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com