Plaza sola, de La Isla de los Ratones "Cuando se fueron todos Me quedé a solas con mi alma. Plaza cuadrada, con su fuente Sin una lágrima de agua. Balcones de piedra y de hierro. Tejados de teja dorada. Vencejos de la primavera Por el aire de la mañana... Qué sosiego volver, hablarte, Abrazarte con mis miradas, Besarte la boca de tiempo Donde el polvo seca la lágrima. Qué descanso poner mi oído Sobre tu madera encantada, Apurar las gotas de música De la caja de tu guitarra, Recordar, preguntar, soñar Ahora que nada importa nada... Borro los pájaros. Enciendo Un cáliz de oro ante una acacia. Y, de pronto, un rumor lejano, Como de mar que se desata, Órgano de oro que libera Sus ruiseñores y sus aguas, Viento del sur que pulsa y sopla Espigas y juncos y cañas... Ya los balcones solitarios Se han poblado de hombres que cantan, De hombres que sueñan y se yerguen En el umbral de la mañana. Las flores doblan su carmín Allá en las praderas lejanas. Las piedras sacuden el yugo De los siglos que las encantan. Todo resurge, clama, vive, Mueve sus pies, pezuñas, alas, Arde en la hoguera del instante, Hinche los mares y montañas Desborda el tiempo, como un pájaro Que abre la puerta de su jaula. Y, vencido el tiempo, en las manos De Dios se duerme, que lo canta. Cuando se fueron todos, yo Me quedé a solas con mi alma. Plaza cuadrada, con su fuente Sin una lágrima de agua. Abril, blandiendo por el cielo Su acero pálido de espada. Qué sosiego tocarte, verte, Abrazarte con mis miradas, Apurar las gotas de música De la caja de tu guitarra, Vagar sin fin y sin origen Sobre tus piedras hechizadas... Andar sintiendo el alma muerta. Dios mío, ya sin esperanza. " epdlp.com |