El inglés macarrónico de Ludmila (fragmento) DBC Pierre
El inglés macarrónico de Ludmila (fragmento)

"Ludmila regresó caminando al apartamento de Oksana. La cuestión de los hombres extranjeros le fue entrando poco a poco en la mente, como un reguero de arena cayendo de arriba abajo. Todos los hombres extranjeros se parecerían un poco a Misha: serían tipos rubios y fornidos, pero con voces agudas y demasiado dinero. Se imaginó que llegaban regalos para sus futuros bebés, y que ella misma vendía aquellos regalos en secreto durante el día mientras el blando de su marido estaba en el trabajo hablando inglés o alemán. Ella los vendería y así ganaría todavía más dinero para mandar a casa.
Los hombres que se imaginaba despedían un olor a perfume de mujer, aunque eructaban porque eran unos glotones y estaban acostumbrados a comer demasiado y a mezclar comidas que no hay que mezclar, sobre todo carne y crema de leche. Mientras se dedicaba a imaginar su dieta, una dieta carente de sutileza o de fragancias, se dio cuenta de que podrían soltar unos pedos terribles debido a la mala digestión. Por eso tenían tantos cuartos de baño en sus casas, porque en cualquier momento les podía venir un pedo de carne podrida, un pedo demasiado grande para los espacios comunes de la casa.
Llegó a la calle del apartamento de Oksana, levantó la vista y vio que la ventana estaba a oscuras. Luego cruzó la calle y echó un vistazo al ventanal del Kaustik, confiando, como siempre, en ver la espalda ancha de Misha en la barra. En cambio, a quien vio fue a Oksana, que estaba mirando la televisión desde un taburete del rincón. Ludmila entró.
—¿Has visto? —Oksana señaló la pantalla—. Han atacado al tren, ahí donde tú vives, en la guerra.
—¿Qué tren? —Preguntó Ludmila—. Los combates todavía no han llegado al ferrocarril.
—Bueno, pues sí, porque han asaltado el tren o algo parecido, algo le han hecho al tren. Lo han asaltado, casi seguro. El tren a Kropotkin, o por lo menos parte del mismo. Se echa la culpa a los ublis, pero nadie lo sabe en realidad porque ha desaparecido el guardia que se cuidaba del tren.
A Ludmila se le desenfocó la mirada. Arrastró un taburete hacia sí y se sentó lentamente. El tío de Oksana se dio la vuelta en el extremo de la barra donde estaba teniendo una conversación y se acercó a las chicas. "



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