Humo de trenes (fragmento)Poli Délano
Humo de trenes (fragmento)

"Gabriel lo miró con ojos tristes, con esos ojos que sentía poner cuando a veces en la calle el frío de julio le calaba hasta los huesos. A veces el clarinete andaba de malas, decía el papá, y no había trabajo. También solía poner esos ojos cuando servían la comida de los domingos. No fue preciso responder que no tenía cambio, no tenía nada, esos quinientos pesos que había ganado eran lo primero que iba a tener en la semana.
-Mala suerte, te los pago después -dijo Carlos, pensando que en la esquina podía comprarse un par de revistas de historietas para tener suelto y darle a Gabriel sus quinientos.
Los ojos tristes de Gabriel se habían vuelto ojos más bien de rabia.
-Soy mejor vaquero que tú -le dijo.
Y dijo también que la camisa ésa que le habían encargado a la tienda de vaqueros era de las que hacen para jugar, como disfraz, que nunca un vaquero de verdad se había puesto una camisa así, mientras que la suya era auténtica, de las que a diario usan los vaqueros para lacear, arrear el ganado y hasta en los duelos de pistola. Así le había dicho su mamá.
Carlos estaba de buen humor ese día y había tolerado que Gabriel le ganara la competencia; pero no podía rebajarse a tolerar estos insultos. Caminó hasta quedar frente a Gabriel y le pegó un bofetón y luego otro y otro más. "



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