Historia de la guerra del Peloponeso (fragmento) Tucídides
Historia de la guerra del Peloponeso (fragmento)

"Justa cosa es, varones atenienses, que los que sin haber hecho algún gran beneficio ni tenido alianza ni amistad provechosa, acuden a sus vecinos para pedirles ayuda, como nosotros ahora venimos, primeramente muestren y den a entender que su demanda es muy útil y provechosa para aquellos mismos a quien la piden, o a lo menos no dañosa; y tras esto que tengan siempre que agradecerles la merced que se les hiciere. Y si ninguna cosa de éstas mostraren, se manifiestan las claras que no hay por qué se deban ensañar si no alcanzan lo que desean.
Creyendo los corcirenses que podían firmemente mostraros y probaros todo esto, nos enviaron a requerir vuestra amistad y compañía, sin desconocer que nuestra errónea conducta anterior viene ahora a ser tan provechosa para vosotros cuanto para nosotros dañosa: porque no habiendo querido hasta aquí ser amigos ni compañeros en guerra de ningún otro pueblo, venimos ahora a rogaros por hallarnos solos y desamparados en esta guerra contra los corintios. De donde se infiere que si antes nos parecía prudencia y esfuerzo lo que hacíamos para no concertar alianzas ni exponernos al peligro de la compañía de otros, ahora nos parece imprudencia y flaqueza. Nosotros solos por mar vencimos la armada de los corintios; mas después que con mayor copia de gente de guerra, que sacaron del Peloponeso y de las otras tierras de Grecia, se mueven contra nosotros, viéndonos poco poderosos para poderles resistir con solas nuestras fuerzas, y el gran peligro que corremos si nos sometemos a ellos, de necesidad hemos de demandar vuestra ayuda y la de todos los otros, siendo dignos de perdón si al presente aprobamos lo contrario de aquello que antes dejamos de hacer, no por malicia, sino por error. Pero si queréis escucharnos con atención, esta amistad y alianza que por necesidad os demandamos vendrá a seros muy provechosa por muchas razones. Lo primero, porque dais ayuda a los que son injuriados y no a los que hacen injuria. Lo segundo, porque socorriendo a los que están en gran peligro, empleáis vuestras buenas obras donde nunca jamás serán olvidadas. Además, teniendo nosotros la mayor armada, después de la vuestra, que en este tiempo se halla, considerad cuán tarde os podrá venir otra ocasión tan buena como la que ahora tenéis entre manos para acabar vuestras empresas próspera y dichosamente; y cuán tarde se os ofrecerá otra más triste y desventurada para vuestros enemigos. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com