La encajera (fragmento)Pascal Lainé
La encajera (fragmento)

"Pomme se sumió aquella noche en un sueño que la llevó muy lejos en el vientre de la noche. Soñó que flotaba como una ahogada entre dos aguas. Era un poco quizá como la muerte, pero una muerte muy tranquila que parecía haber estado esperando desde siempre, como si fuese su plenitud, su verdadera belleza liberada de los estrechos gestos de la vida. Así durmió hasta las nueve y veinticinco.
Al futuro conservador, por el contrario, le costó mucho conciliar el sueño. No podía evitar el agitarse constantemente, con sus ideas, en su cama. Se trataba de Pomme, desde luego. Cabalgaba a su lado por el páramo con la cabeza cubierta por un tocado en forma de cucurucho. Él llevaba un halcón sobre el puño derecho enguantado en cuero negro, la mano izquierda sobre el pomo de la daga; sin embargo, fue consciente de que de esta forma no podía sostenerse sobre el caballo; o sea que tuvo que pensar en otra pose. Más tarde la veía tendida sobre una cama con baldaquín. Iba desnuda bajo la transparencia de los velos que flotaban alrededor de la cama. Un lebrel estaba echado junto a sus talones unidos.
Sus cabellos rubios realzaban el brocado de oro de los almohadones en los que se apoyaba su nuca frágil.
Se durmió con esta visión, pero tuvo un sueño agitado. Las imágenes se atropellaban. Tenía demasiados sueños a la vez para una sola noche. Se despertó muy pronto, fatigado por haber vagado tanto entre sus sueños. Pero se sentía lleno de energía. Se dio cuenta de que no había concertado ninguna cita con Pomme. Pero como había muchas probabilidades de volverla a encontrar se alegró de esta pequeña incertidumbre que introducía un poco de riesgo en lo que era ya su aventura.
Era demasiado temprano para pasear en busca de Pomme y decidió ir a jugar dos horas al tenis.
Allí fue precisamente donde Pomme decidió presentarse inmediatamente después de haberse despertado, dos horas más tarde. También ella acababa de caer en que no habían concertado ninguna cita concreta, pero sabía muy bien que le encontraría a pesar de todo; y como el día anterior le había visto con equipo de tenista, se fue sin vacilar al Garden tennis-club. Tuvo justo el tiempo de reconocerle en sus dos caballos en el momento en que él se iba. El no la vio. Pomme no iba a echar a correr detrás del coche. O sea que dio media vuelta y volvió lentamente por donde había venido. Se paseó durante largo rato por la avenida del Mar, por los alrededores de la heladería donde se habían encontrado la víspera.
Después de su partido de tenis, el futuro conservador se dijo que Pomme estaría seguramente en la playa. A partir de las diez había decidido dejarse ganar por su antagonista para terminar antes el partido. Luego se precipitó literalmente a su coche y tomó el camino más corto hasta la playa. Y mientras Pomme recorría una y otra vez la avenida del Mar, él anduvo por dos veces los mil ochocientos metros de arena fina, examinando grano por grano, cuerpo por cuerpo. Finalmente tuvo una idea luminosa: sin duda Pomme debía de haber ido al lugar de su primer encuentro. Corrió casi hasta la heladería mientras Pomme se apresuraba a dirigirse hacia la playa por otro camino. "



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