Las ocho llaves del Edén (fragmento)Mark Clifton
Las ocho llaves del Edén (fragmento)

"¿Qué es conciencia? ¿En qué punto incluso aparecen una vida protoplásmica? La amiba evita el dolor, busca el alimento, se reproduce y vaga a ciegas a través de su medio ambiente en busca de una condición más favorable para su continuidad.
La monotonía en una existencia sin propósito, la mayor parte de los humanos hacen algo por el estilo. ¿Debía la conciencia, también, ser definida en términos de conciencia del yo-y-lo-mío? ¿Definida sólo por lo que yo-y-lo-mío puede sentir, saber?
¿Un crecimiento protoplásmico sintiendo conciencia, excluyendo la posibilidad de conciencia en otras ciases de crecimiento porque son parte de -yo-y-lo-mío, por tanto, demasiado inferiores a la conciencia conocida?
Cada estructura de cristal tenía su propia vibración característica y en el planeta, con el tiempo, había también una especie de tarifa especial vibratoria que conocía la conciencia del yo. La mutación aquí también añadió complejidad a la estructura y la autoconciencia se sumó al desarrollo de la conciencia del medio ambiente.
A través de muchos eones de tiempo y de las mutaciones traídas por el tiempo, la conciencia del yo y del medio ambiente careció de conciencia de periferias más amplias, para sentir su mundo, su estructura, su naturaleza.
Otro salto mutante y hubo compresión de otros mundos, de otras estrellas. La suya era una conciencia vibratoria, pariente indirecta de los campos vibratorios de fuerza que componen el universo material y las vibraciones de campos de fuerza, pueden ser alteradas. Para cambiar lo que le revelaba hasta un medio ambiente más conveniente a través de los sistemas de vibración de las cosas se llegaba hasta una negación de la distancia. Para cambiar desde las normas cristalinas a los campos de energía, y volver atrás de nuevo combinado con la negación de las distancias... era posible extenderse más y más por entre las estrellas.
Al principio eso bastó. Pero la conciencia jamás está quieta. Forma preguntas.
¿En todo el universo eran ellos la única cosa racional? ¿Sólo sus gritos se alzaban hasta las estrellas buscando saber? A causa de la naturaleza de su ser su búsqueda no tenía interés con la forma de las cosas del espacio exterior que ellas podían cambiar a voluntad, sino más con la frecuencia vibratoria que señalaría inteligencia, conciencia.
No encontraron más que interacción inconsciente de fuerzas. El agua corre colina abajo sin saber lo que hace, sin que su estructura interna le suministre la frecuencia vibratoria que le permitiría saber.
Durante largas eras ellos también se vieron aprisionados dentro de los confines del yo-y-lo-mío visionado, y se necesitó un salto mayor para concebir que otras estructuras que las cristalinas pudiesen tener una forma de conciencia. Extraña su clase quizás, sin embargo era una clase que debía ser conocida.
Porque por último encontraron algo en una sustancia viscosa no cristalina, sino protoplasmática.
En un planeta distante esta sustancia ya era diferenciada y especializada hasta un alto grado. Desde lo más simple a lo más complejo de su organización habían grados de conciencia y en lo más complejo de éstos se encontraba la innegable existencia de una inteligencia exterior al yo.
¡Alegría! ¡Éxtasis incomparable!
El reconocimiento no es sabiduría. Con la falta de sabiduría de la inexperiencia en comunicarse con una cosa desigual, sin darse cuenta que los valores de su clase de conciencia podían no ser los valores de esta clase distinta, se precipitaron a ellos con todas sus potencias y fuerzas, en una exhibición hechizante y en alegre pirotecnia de manipulación material para mostrar a esta nueva forma de vida que ellos también eran seres inteligentes... para comunicar que la soledad de uno podía ser ahora ablandada por la presencia del otro. "



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