La era del diamante (fragmento)Neal Stephenson
La era del diamante (fragmento)

"El Manual ya no le hablaba tan a menudo como solía hacerlo. Había descubierto que a menudo podía leer las palabras con mayor rapidez de lo que el libro las decía, así que normalmente le ordenaba que se callase. Aunque a menudo lo ponía debajo de la almohada y hacía que le leyese una historia para dormir, y a veces se despertaba en medio de la noche y lo oía murmurando cosas sobre las que había estado soñando.
Tad hacía tiempo que había desaparecido de su casa, aunque no antes de romperle la nariz a mamá. Había sido reemplazado por Shemp que había sido reemplazado por Todd, que había dejado paso a Tony Un día la Policía de Shanghai había venido a arrestar a Tony, y él se había cargado a uno de ellos en medio del salón con la pistola craneal, haciendo un agujero en el estómago del tipo de forma que se le cayeron los intestinos y le colgaron entre las piernas. Los otros policías le lanzaron a Tony un Especial de Siete Minutos y arrastraron a su compañero herido al pasillo, mientras Tony, rugiendo como un animal salvaje atrapado, corrió a la cocina y agarró un cuchillo y empezó a hurgarse en el pecho donde pensaba que había entrado el Especial de Siete Minutos. Para cuando se cumplieron los siete minutos y la policía volvió a entrar en el apartamento, se había hecho un agujero en el músculo pectoral hasta las costillas. Amenazó a los policías con el cuchillo sangriento, y el poli al mando marcó un número en una pequeña caja negra que llevaba en la mano, y Tony se dobló y gritó al detonar un único rallador en su muslo. Dejó caer el cuchillo. Los polis entraron todos juntos y lo envolvieron, luego se pusieron alrededor de su cuerpo, momificado en plástico brillante, y le dieron de patadas durante un minuto o dos, luego finalmente abrieron un agujero en el plástico para que Tony pudiese respirar. Unieron dos asas al paquete y lo llevaron fuera entre ellos, dejando a Nell para que limpiase toda la sangre de la cocina y el salón. No era muy buena limpiando cosas y acabó manchándolo todo. Cuando mamá llegó a casa, gritó y lloró durante un rato y luego le dio una azotaina a Nell por ensuciarlo todo. Eso hizo que Nell se pusiese triste, así que se fue a la habitación, cogió el Manual e inventó una historia propia, sobre cómo la malvada madrastra hacía que la Princesa Nell limpiase la casa y le pegaba por hacerlo mal. El Manual creó imágenes mientras ella inventaba. Para cuando acabó, se había olvidado del hecho real que había sucedido y recordaba sólo la historia que había inventado.
Después de eso, mamá se cansó de los hombres durante un tiempo, pero después de un par de meses conoció a un tío llamado Brad que era amable. Tenía un trabajo de verdad como herrero en el Enclave de Nueva Atlantis, y un día llevó a Nell al trabajo con él y le mostró cómo clavaba herraduras en los cascos de los caballos. Esa era la primera vez que Nell veía un caballo, así que no prestó demasiada atención a Brad, ni a su martillo y los clavos. El jefe de Brad tenía una gigantesca casa con grandes campos verdes y cuatro hijos, todos ma-yores que Nell, que venían con ropas elegantes a montar los caballos.
Pero mamá rompió con Brad; no le gustaban los artesanos, dijo, porque se parecían demasiado a los Victorianos, siempre soltando esa mierda sobre cómo una cosa era mejor que otra cosa, lo que acababa llevando, explicó ella, a la creencia de que unas personas eran mejores que otras. Empezó a salir con un tipo llamado Burt que al final se mudó a su apartamento. Burt le explicó a Nell y a Harv que la casa necesitaba disciplina y que él tenía intención de mantenerla, y después de eso les atizaba todo el tiempo, a veces en el trasero y a veces en la cara, también pegaba un montón a mamá.
Nell pasaba más y más tiempo en la sala de juegos, donde le era más fácil hacer los ejercicios que Dojo enseñaba a Belle. A veces jugaba con los otros niños. Un día jugaba al quemado con una amiga y le ganaba continuamente. Entonces vino un chico, un chico más grande que Nell o su amiga, e insistió en que le dejasen jugar. La amiga de Nell le cedió el sitio, y luego Nell jugó contra el chico, cuyo nombre era Kevin. Kevin era un enorme chico sólido que estaba orgulloso de su tamaño y fuerza, y su filosofía en el quemado era ganar por intimidación. Agarraba la pelota, la levantaba melodramáticamente, descubriendo los dientes y poniéndosele la cara rojo brillante, y luego golpeaba la pelota con un golpe de molino, completado con efectos de sonido que siempre llenaban la pelota de saliva. La interpretación era tan impresionante que muchos niños simplemente se quedaban parados mirando alucinados, temerosos de acabar en medio de la trayectoria de la pelota, y después de eso Kevin se limitaba a golpear la pelota más y más fuerte mientras gritaba insultos a su oponente. Nell sabía que la mamá de Kevin había vivido con muchos de los mismos hombres que la mamá de Nell; Kevin frecuentemente llevaba los ojos negros, algo que con seguridad no se hacía en el parque.
Nell siempre había tenido miedo de Kevin. Pero hoy, cuando se preparó para su gran servicio, simplemente parecía estúpido; un poco como Dinosaurio a veces cuando luchaba con Belle. La pelota fue hacia ella, manchada de saliva y tampoco tan rápida. Kevin le gritaba cosas, llamándola cono y otras palabras, pero por alguna razón Nell no le oía y tampoco le importaba, se limitó a ir hacia la pelota y golpearla con fuerza, poniendo todo el cuerpo tras los nudillos en línea recta, como le había enseñado Dojo. Golpeó la pelota con tanta fuerza que ni la sintió; se elevó en un gran arco por encima y detrás de la cabeza de Kevin, y después de eso sólo tuvo que darle un par de golpes más cuando pasó a su lado para ganar. "



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