La casa de la orilla (fragmento) "No sé cómo he llegado esta mañana a hablar con mi madre de la señora Lheureux, su amiga de la escuela a la que por desgracia ya no vemos hoy en día. Recordé las vísperas de los domingos cuando la acompañaba a casa. Su casa se hallaba en la parte inferior de un frondoso jardín, dividida por un césped adornado de flores, era una de las últimas de la ciudad colindante con los campos. Me invitó para compartir la dicha de su hijo y mientras nuestras madres charlaban al abrigo de los árboles, mi amigo y yo jugábamos pacíficamente a sus pies. Al menos así era hasta que un repentino estallido perturbó aquella quietud. Aymon era un niño singular, de mirada profunda, voluntaria, tierna, que consideraba la delicadeza o la violencia a entera satisfacción de su deseo. A veces se pasaba horas en medio de indolentes ensoñaciones sin objeto; en otras ocasiones, al contrario, se dejaba llevar por la ira repentina o por arrebatos de alegría que me asustaban casi por igual. " epdlp.com |