Sire (fragmento)Jean Raspail
Sire (fragmento)

"El 4 de septiembre de 1792 comenzaron los primeros pillajes en la Basílica de Saint-Denis, de conformidad con las disposiciones legales que abogaban por el advenimiento de la república dieciocho días más tarde. El día 9 fue celebrado el último acto en la iglesia benedictina de once siglos de antigüedad, oficiado por Dom Verneuil, el abad, mitra y báculo en mano. Los fieles, encorajinados, cantaban: «Manus tuas, Domine, commendo spiritum meum... » "En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu" El día 14, perseguidos y amenazados de muerte, la congregación religiosa se dispersó sin esperanza de retorno. La necrópolis real entró en agonía.
Fue abordado el techo, siendo despojados los marcos, dejados los libros a la intemperie, arrancados los conductos de plomo y almacenados en la nave y desordenadas las tumbas. El 6 de agosto de 1793, pululaban por la iglesia soldados con gorros rojos, obreros amados de picos, masas, martillos y palancas. La multitud se animó. Por un extraño giro del destino, la primera capilla sobre la que se lanzaron fue la del rey Dagoberto I, fundador de la abadía. Su estatua yacente fue hecha añicos. Algunos monumentos funerarios fueron respetados, incluidos los de Valois, "por su destacada calidad artística", según un decreto de la Convención. En otros casos, el saqueo fue masivo, caso de la Plaza de Armas, sobre cuyo alegórico emplazamiento fue alzada una gruta en memoria de Marat y de Peletier de Saint-Fargeau, destacados mártires de la Revolución. Las cabezas esculpidas de los monarcas, sus coronas, narices y ojos fueron completamente derruidos, decorándose los pilares y frontones de la gruta. "



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