Amor y mundo (fragmento)Joaquín Xirau
Amor y mundo (fragmento)

"Un problema queda pendiente de la mayor importancia. Hemos reservado para plantearlo unas palabras finales. En otro trabajo trataremos de analizarlo con rigor e indicar ampliamente el camino de su posible solución.
Hemos visto, de una parte, que la conciencia amorosa ordena y jerarquiza los valores implícitos en la percepción de las cosas. El amor ilumina los valores y es su juez y señor. Por él llegamos a conocerlos y a estimarlos. Sin amor no hay valor. Una cosa situada fuera de la esfera del amor -un cosmos sin amor- sería un ser indiferente, reductible, en último término, a la ley de inercia ya los principios de identidad y de conservación. El amor, es, por lo tanto, el valor supremo, la fuente y el origen de todo valor.
De otra parte, si existe una jerarquía objetiva de los valores y el mundo que nos circunda se halla regido por una ordenación legal válida por sí y en sí, no es fácil ver cómo puede seguir siendo considerado el amor como una actividad radical y creadora. En este caso no es el amor quien juzga a los valores, sino los valores los que juzgan al amor y lo cualifican de bueno o malo, según los casos y las circunstancias. No es el amor el bien. Hay amores buenos y malos, legítimos y perversos. Hay en el mundo un bien sustantivo independiente del amor.
Es un conflicto entre los actos y los contenidos, entre la actividad amorosa y la realidad objetiva de los valores y los bienes. Es difícil discernir si es la primera la que juzga y define a los segundos, o si son los segundos los que orientan, cualifican y dan normas a la primera. Y en cualquiera de los dos casos, corre grave peligro la descripción que acabamos de esbozar y las conclusiones que resultan de ella. "



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