El fraile y la Inquisición (fragmento)Manuel Fernández Alvarez
El fraile y la Inquisición (fragmento)

"Está claro que los inquisidores de Valladolid temían ver a fray Luis libre en Salamanca, y de nuevo en posesión de su cátedra, y que hubiera preferido la solución de Grajal: su muerte en prisión. Se temía a su palabra y a su pluma El Tribunal Supremo trató de evitar esos peligros con un serio toque de atención a fray Luis: guardaría el máximo secreto sobre todo lo que había ocurrido en su proceso "so pena de excomunión y de ser castigado con rigor", y ya se sabía lo que tales palabras significaban. Y aun se le advertía:
... so las dichas censuras y penas que no tenga pasión ni discusiones ningunas con persona alguna, sospechando que haya testificado contra él, en ésta su causa, porque de todo lo que a esto tocare se tratará dello en este Santo Oficio y se procederá contra él, en lo que se hallare culpado, con rigor; que por escripto ni de palabra ni por terceras personas lo haga.
Queda por plantearse si fray Luis sufrió mucho en las cárceles inquisitoriales de Valladolid. Es conocida su queja de lo mucho que había pasado:
... por el desacomodo en muchas cosas que he tenido y por mi natural flaqueza y enfermedad, ha sido un tormento tan largo y tan duro y tan cruel...
Sin duda, también le hizo sufrir mucho, en tantos meses de prisión -pues si así medimos su cárcel, en los cincuenta y siete meses que duró, nos daremos mejor cuenta de lo que sufrió- las alternativas de esperanzas y desengaños a que estuvo sometido y de lo que dejó constancia en alguna de sus páginas, como en aquellos escritos en De los nombres de Cristo:
... este subir a esperanzas alegres y caer dellas al mismo momento, este abrirse el día del bien y tornar a oscurecerse de súbito, el despintarse improvisadamente la salud que ya se tocaba; digo, pues, este variar entre esperanza y temor, y esta tempestad de olas diversas que encumbraban prometiéndole vida y ya se derrocaban amenazando con muerte; esta desventura y desdicha, que es propia de los muy desgraciados, de florecer para secarse luego, y de revivir para luego morir, y de venirles el bien y desaparecer desluciéndoseles entre las manos cuando les llega. "



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