Dos damas muy serias (fragmento) "Pero la señorita Goering, tan timorata por lo general, experimentaba esa clase de júbilo que es común a ciertas personas poco equilibradas pero optimistas, cuando se aproximan al objeto de sus temores. [...] Admitamos que cierta negligencia en la propia naturaleza logra muchas veces lo que la voluntad es incapaz de hacer. [...] No sabes cuántos actos verdaderamente monstruosos se cometen en nombre de la mediocridad. [...] Nunca había sufrido antes tanto como en aquellos momentos, porque iba a realizar lo que siempre había deseado. Pero sabía que esto no la haría feliz. No tenía el valor de oponerse a la realización de sus deseos. [...] Les diré simplemente que mañana por la noche traeré aquí a una joven, y es mi deseo que todos ustedes la quieran sin reservas: esa joven, caballeros, es como una muñeca rota. No tiene ni brazos ni piernas. " epdlp.com |