Las ruinas de Munstherhall (fragmento)Pascual Pérez y Rodríguez
Las ruinas de Munstherhall (fragmento)

"Poco era lo que faltaba para finalizar la historia de Adolfo. El barón de Steenhausen estaba impaciente por oírla, y Everardo se dispuso a complacerle. No quiso asistiese su hija por no exponerla á algún trastorno, atendida la exaltación de su sensibilidad. Everardo concluyó así su relación.
-"Afligido con la noticia de Alberto me separé de El para indagar el paradero de mi señor; mas mis pesquisas fueron inútiles, y solamente adquirí la terrible sospecha de su muerte. Me dijeron algunos soldados que le habían visto caer al Nilo desde una de las ventanas de la torre, añadiendo que su casco distinguido de los demás por una garzota de plumas blancas y verdes se había visto al pie de ella; prueba cierta de haber sido desarmado su dueño. Se me olvidaba deciros como antes de la acción y asalto de la torre me entregó Adolfo la carta de que he sido portador, y me encargó la consignase á vuestra hija, como garante seguro de no ser inminente el riesgo á que se exponía; mas añadió que no me apartase de él demasiado para entregarme el anillo, lo cual no pudo verificarse, porque aunque fui de los primeros en saltar del castillo á la torre, la confusión y desorden general, y el haberse Adolfo y Alberto precipitado por la escalera en persecución de los vencidos fueron impedimento a mi intención de seguirles, y la resistencia desesperada que aun hicieron sobre la plataforma algunos sarracenos y que sólo cesó con su muerte, retardó nuestra total victoria. Finalmente, cuando después de las más exquisitas diligencias no logré otro fruto que respuestas vagas ó contradictorias, me persuadí realmente de haber perecido, y no hallándome en disposición de continuar la guerra, abatido y triste por la pérdida de mi señor, aproveché la ocasión de una nave pronta á hacerse a la vela para este país, y en compañía de algunos cruzados á quienes ó sus negocios ó sus heridas precisaban a regresar a su patria, emprendí el viaje. "



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