Vivimos inmersos sin sentir el país "Vivimos inmersos sin sentir el país, Nuestras palabras se esfuman a diez pasos, Donde sólo basta un charlatán a medias Recordarán al montañés del Kremlin. Sus gruesos dedos son grasos, cual gusanos, Y sus palabras, pesadas, son ciertas, Las cucarachas se mofan de sus ojos Con sus tentáculos resplandecientes. Lo rodea una chusma de jefes catrines, Juega y se sirve de gente mediocre. Quién silba, quién maúlla, quién gimotea, Sólo él puede golpear y empujar, Como un capataz da una orden tras otra Ya sea en la ingle, en la frente, en las cejas, en los ojos. Él puede matar y a la vez ser dulce, Es un georgiano de gran corazón." epdlp.com |