Iolani o Tahití tal como era (fragmento)Wilkie Collins
Iolani o Tahití tal como era (fragmento)

"La astucia era el principio fundamental en la vida de este hombre. Era lo que le había proporcionado los medios de obtener toda clase de diabólicos triunfos sin que existiera la menor posibilidad de fracasar o ser descubierto. En ningún carácter podían reunirse tan secreta y firmemente más elementos viles y peligrosos que en el suyo. Su maligna disposición natural quedaba disimulada por su inventiva y su paciencia inagotable. El ingenio refinaba su crueldad y la cautela lo reforzaba; y sus ardientes pasiones las disfrazaba la más consumada hipocresía y las ejecutaba la traicionera elocuencia de su porte y su discurso. Los peculiares encantos de Idía provocaron al primer vistazo su capricho sensual, y obtuvo sus afectos con tanto éxito y seguridad como había obtenido los afectos de todas las que habían sido antes que ella.
Su última amada, al menos por el momento, era una mujer cuyos fuertes y numerosos afectos la habían condenado a una existencia o bien de turbulenta alegría o bien de abrumador pesar. Al contrario que la mayoría de las de su sexo en las islas del Pacífico, sus emociones tendían invariablemente hacia los extremos, y el engañoso impulso del momento decidía peligrosa e irremediablemente cada acto de su vida. Desde el momento en que había entregado su amor libre, sincero y confiadamente al engañoso Sacerdote, cada pensamiento de su corazón había estado dedicado inconscientemente a él sólo. Le miraba no como lo que era, sino como lo que debería ser. Para ella, él lo era todo, la única perfección deslumbrante a la que resultaba una delicia contemplar y amar. Pues, aunque es la dudosa virtud del intelecto de la mayoría observar nada más que la insuficiencia, es la más humilde y feliz facultad del corazón de la minoría reconocer la abundancia.
¡Y así vagó con él, a lo largo de las horas solemnes de aquella hermosa noche, indiferente a los peligros con los que la superstición había llenado aquel lugar mientras su amado estuviera a su lado, y deleitándose en su breve periodo de felicidad con tanta confianza como si la miseria hubiera abandonado sus dominios en la Tierra, y la malicia hubiera desaparecido para siempre del corazón del hombre! "



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