Veintisiete vagones de algodón (fragmento) "FLORA: Un incendio siempre es excitante. Después de un incendio los perros y las gallinas no pueden dormir. No creo que nuestras gallinas durmieran en toda la noche. VICARRO: ¿No? FLORA: Cacareaban y alborotaban y aleteaban en la percha del gallinero… ¡Estaba como locas! Yo tampoco pude dormir. Me pasé toda la noche ahí tumbada y sudando. VICARRO: ¿Por el incendio? FLORA: Y el calor, y los mosquitos. Y, además, estaba furiosa con Jake. VICARRO: ¿Furiosa con el señor Meighan? ¿Por qué? FLORA: ¡Oh!, se fue y me dejó aquí en el porche sin una Coca-Cola en la casa. VICARRO: Se fue y la dejó, ¿verdad? FLORA: Sí. Inmediatamente después de cenar. Y cuando volvió ya había empezado el incendio; y en lugar de coger el coche e ir a la ciudad, como él había dicho, decidió ir a echar una ojeada a su desmotadora quemada. Me entró humo en los ojos, en la nariz y en la garganta. Me irritó la nariz, estaba tan nerviosa y tan rendida que me puse a llorar. Lloré como una niña. Suficiente para dormir a un elefante. ¡Pero seguí despierta y oyendo a las gallinas enloquecidas allá afuera! VICARRO: ¡Parece que pasó usted una mala noche! FLORA: ¿Parece? Fue una noche horrible. VICARRO: Así que ¿dice usted que el señor Meighan desapareció después de cenar? (Hay una pausa en la que Flora le mira inexpresivamente) FLORA: ¿Eh? VICARRO: ¿Dice usted que el señor Meighan estuvo un rato fuera de casa después de la cena? (El tono de Vicarro le hace ver a Flora su indiscreción) FLORA: Oh, em…, sólo un momento. VICARRO: ¿Sólo un momento, eh? ¿Cuánto duró ese momento? (La mira fijamente) FLORA: ¿A qué viene tanta pregunta, señor Vicarro? VICARRO: ¿A qué viene? A nada. FLORA: Me mira usted de un modo tan extraño. VICARRO: ¡Desapareció por un momento! ¿Es eso lo que hizo? ¿Cómo de largo fue ese momento? ¿Puede usted recordarlo, señora Meighan? FLORA: ¿Y qué importancia tiene? De todos modos, a usted ni le va ni le viene. VICARRO: ¿Por qué le molestan mis preguntas? FLORA: ¡Usted hace que parezca como si me estuvieran juzgando por haber hecho algo! VICARRO: ¿No le gusta hacer el papel de testigo? FLORA: ¿Testigo de qué, señor Vicarro? VICARRO: Pues…, por ejemplo…, ¡un incendio provocado! FLORA (Humedeciéndose los labios): ¿Un… incendio… provocado? VICARRO: ¡Sí, la destrucción deliberada de un bien mediante el fuego! (Azota sus botas con la fusta) FLORA (Sobrecogida): ¡Oh! (Manosea nerviosamente el bolsillo). Vamos, no me salga usted ahora con… ideas raras. VICARRO: ¿Ideas sobre qué, señora Meighan? FLORA: Sobre la desaparición de mi marido… después de cenar. Puedo explicarla. VICARRO: ¿De veras? FLORA: Claro que sí. VICARRO: Muy bien. ¿Cómo la explica? (La mira de hito en hito. Ella baja la vista). ¿Qué pasa? ¿No puede usted concentrarse, señora Meighan? FLORA: No, pero… VICARRO: ¿Se le ha borrado de la memoria? FLORA: Oiga, yo... " epdlp.com |