Grandes contemporáneos (fragmento)Winston Churchill
Grandes contemporáneos (fragmento)

"Yo heredé esta amistad, o más bien la posibilidad de renovarla en otra generación. Sentía ansiedad por cultivarla en virtud de muchas razones, la primera de las cuales era la de saber más acerca de mi padre, por conducto de su contemporáneo, su compañero y su igual. Con alguno por lo menos de aquellos sentimientos de atracción y respeto que llevaron a Boswell ante el Dr. Johnson, busqué las ocasiones de transformar mi conocimiento de la infancia en una creciente amistad. Al principio no parecía gustar mucho de mí; pero después de la guerra sudafricana, cuando logré por fin adquirir nombradía y ser uno de los jóvenes miembros del Parlamento, empezó a mostrarme marcado afecto. La Biografía de mi padre, por la cual me encontró pronto absorbido abrió un ancho y fértil campo de común interés. Me asistió activamente en la empresa, descubrió para mí sus ricos caudales de selectas reminiscencias, reunió cartas y documentos, leyó pruebas, criticó simpática pero agudamente el tema y la obra. Formó ello un objeto de interés para entrambos y tendió un puente sobre el abismo de dos diferentes generaciones.
Durante los años de mi tarea literaria desde 1900 hasta 1905, fui a menudo su huésped en todas sus casas, en Mentmore, en Berkeley Square, en los Durdans, en el Firth of Forth de Dalmeny, en su residencia de caza de Rosebery, y también coincidíamos año tras año en largas visitas a amigos comunes en el delicioso otoño de las Altas Tierras escocesas. La política nos proporcionaba adicionales lazos y eslabones, pues ambos íbamos en nuestros partidos un poco a la deriva. Él había perdido su simpatía por los liberales; yo pronto estuve a la greña de los tories. Ambos podíamos entretenernos en el sueño de algún nuevo sistema que agrupase hombres e ideas, y en el cual se pudiese ser Imperialista sin tener que tragar el Proteccionismo, y reformador social sin Pequeño britanismo o lucha de clases. Disponíamos sin duda de esa sólida base de concordia y armonía sobre la apreciación de los términos medios que es compartida por muchas gentes sensibles, pero que era aborrecida entonces por los partidos autómatas. ¿Se precisa añadir que esta clase de partidos resultaron siempre los más fuertes?
Un contratiempo surgió con motivo de la Biografía. El interés de Lord Rosebery era tan vivo, y tan fuerte su deseo de ayudar a perfilar la figura de su amigo, que se tomó la molestia de escribir un juicio crítico considerable acerca de Lord Randolph indicándome que debería incorporarlo textualmente a mi relato. Aquello me dejó perplejo y conmovido en un tiempo porque, después de todo, yo tenía mi manera peculiar de hacer las cosas, y la integridad literaria de una obra es capital. Además su narración de los días de colegio de Randolph Churchill contenía la palabra Scug, un término de la jerga escolar de Eton, que yo consideré indigno e inadecuado en una Biografía escrita por un hijo. Por tanto, deferente pero obstinadamente me opuse a tal expresión. Él se aferró a ella y explicó su inofensiva significación etoniana. Al final escribió diciendo que yo había rechazado su colaboración y que ésta me era retirada. Pocos años más tarde apareció una muy leída e interesantísima monografía sobre Lord Randolph y sobre mi libro acerca de él, en el cual Lord Rosebery trazaba con admiración y afecto, «la brillante resistencia» que tan vivamente había alentado, hechizado, dirigido e impulsado su juventud y sus primeros pasos en la vida. El incidente, aunque me contrarió al principio, no pareció irritar lo más mínimo a mi ilustre amigo. Su comprensión era muy grande, y aunque no dejó de mostrarse sensible a mi obstinación, no me lo llevó a mal. Al contrario, creo que me quiso más que antes a causa de mi gazmoñería filial. "



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