Dawn O´Hara (fragmento)Edna Ferber
Dawn O´Hara (fragmento)

"Habían aparecido dos nativos más. Uno de ellos era una mujer. Hicieron su entrada en la cena y me olvidé por completo de comer, observándolos. Los recién llegados procedían de Viena. Él era un experto ingeniero y ella una mujer de noble abolengo, con una historia. Su combinada aparición estaba pensada para infundir pánico en el corazón. Él era descaradamente feo, con una barbilla que se curvaba bajo sus labios, semejando un pico o como las fotos de un punzón. El atuendo de ella era un vestido grisáceo que nunca había visto antes y que espero que nunca vuelva a ver de nuevo. El vestido iba abotonado con grandes botones negros que apenas dejaban espacio para el aliento en su parte delantera y en su parte posterior se componía de esa prenda histórica conocida como vasca. Lucía curvas donde no debería haberlas y sobresalían las partes que deberían estar alineadas. De su cuello se hallaba suspendido un collar de cuentas tipo bala de cañón que resonaba a cada paso suyo. Y en su frente asomaba un flequillo ralo.
-¡Dios mío! -pensé. ¿Acaso estoy soñando? Esto no es Wisconsin. Es Núremberg o Estrasburgo, con una pizca de Heidelberg y Berlín. Dawn, niña, esto va a ser más instructivo que un tour de Cook.
Resultó ser la profecía más certera que jamás vaticiné.
La primera sorpresa protagonizada por los recién llegados fue que se sentaran en torno a una larga mesa con los otros nativos, siendo la mujer la única dama entre doce hombres. Era evidente que su encuentro no era casual y bromearon en torno al hecho de ser trece en la mesa. "



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