El genio femenino. La vida, la locura, las palabras (fragmento)Julia Kristeva
El genio femenino. La vida, la locura, las palabras (fragmento)

"Se comprende entonces que, si el objetivo de la identificación proyectiva es desprenderse de la parte indeseable del self—amenazante porque la ha desintegrado la pulsión de muerte, y esto en beneficio de una inversión de las identidades—, lleva a destruir el objeto, a vaciarlo para poseerlo. Pero cuando la identificación proyectiva pone en el otro las partes buenas del yo frágil para protegerlas, puede conducir a una idealización del objeto que, por su carácter excesivo, lleva a su vez a la desvalorización del yo. En ambos casos, la identificación proyectiva rige a una estructura narcisista, puesto que el objeto es internalizado y privado de sus cualidades propias externas, mientras la identidad se asegura con el apuntalamiento del otro. En este sentido, la “estructura narcisista” según Melanie Klein se basa en ese reflujo del objeto en el self, lo que empobrece al yo, lo hace incapaz de amor y transferencia, lo reduce a la condición de “simple cáscara que alberga a sus objetos internos”. La estructura narcisista se diferencia entonces de los “estados narcisistas”, que son estados de identificación con un objeto ideal interno, y recordaría el autoerotismo de Freud. Si la escisión original es el primer paso en la diferenciación, la identificación proyectiva es el primer paso de la conexión con el mundo exterior. Esta etapa puede ser dolorosa e insatisfactoria si fracasa como defensa, pero si se instala como proyección de un yo frágil, se eterniza como estructura psicótica.
Estos múltiples valores de la identificación proyectiva hacen de ella una noción de doble empleo. Por una parte, describe los estados patológicos, en especial la psicosis maníaco-depresiva, o el delirio somático. Pero, por otro lado, el juego perpetuo de la proyección-introyección constituye lo que Florence Guignard denomina “una respiración psíquica”, a tal punto este campo es normal, e incluso universal. Como dice esta autora, sólo la problemática del duelo y de las identificaciones edípicas logradas se sustrae a la influencia de la identificación proyectiva. De hecho, la hipótesis kleiniana de una identificación proyectiva en el lactante es indemostrable, salvo si se admite con Bion, que toda vida psíquica se origina gracias a la ayuda de otra vida psíquica, la cual utiliza su identificación proyectiva para “ensoñar” la existencia de un psiquismo en el recién nacido. Llevando este razonamiento al extremo, se dirá que, en suma, la identificación proyectiva de la madre (y del analista) confirma la normalidad (o la anormalidad) de la identificación proyectiva como campo universal estimulador del psiquismo; desde luego, los síntomas psicóticos, por otra parte, endurecen su lógica, para convertir ese campo en un generador de síntomas. "



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