Cuadros de un pensamiento (fragmento)Walter Benjamin
Cuadros de un pensamiento (fragmento)

"En las ciudades pequeñas de Alemania no es posible imaginarse las habitaciones sin alféizar en las ventanas. Pero pocas veces los he visto tan anchos como los del
"Elefant"** en la plaza del mercado de Weimar, donde convertían la habitación en un palco desde el que pude ver un ballet tal, que ni siquiera podían brindárselo a Ludovico Segundo los escenarios de los castillos de Neuscliwanstein y Herrenchiemsee. Porque se trataba de un ballet matinal. Alrededor de las seis y media se comenzaban a afinar los instrumentos: contrabajos de vigas, sombrillas de violines, flautas de flores y timbales de frutas. El escenario aún casi vacío; las vendedoras del mercado, ningún comprador. Seguí durmiendo. Alrededor de las nueve, cuando desperté, ya era una orgía: los mercados son las orgías de la mañana y Jean Paul habría dicho que el hambre introduce el día así como el amor lo concluye. Las monedas se introducían sincopándolo y las muchachas jóvenes con bolsas de compras comenzaban a empujarse, invitando -turgentes por todas partes -a disfrutar sus redondeces. Pero apenas estuve vestido en la planta baja y quise pisar el escenario, el esplendor y la frescura habían desaparecido. Comprendí que todas las ofrendas de la mañana deben recibirse en las alturas como la salida del sol. ¿Y no era una aurora mercantil acaso la que recién todavía hacía brillar este empedrado suavemente cuadriculado? Ahora estaba enterrada bajo papel y deshechos. En vez de danza y música sólo trueque y negocios. No hay nada que pueda pasar tan irrecuperablemente como una mañana. "



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