Vejigantes (fragmento)Francisco Arriví
Vejigantes (fragmento)

"Marta: Tú (señalando hacia el cuadro del esposo). Antes de casarme con tu padre ya pensaba en ti. En verdad, lo enamoré por ti. Te quería más blanca que yo. He creído que librarte de mi herencia africana, oculta en mi turbante, significaba tu dicha, Lo creo.
Clarita: (con lágrimas) ¡Ah! Tu locura del turbante. ¡Cuánta amargura innecesaria!...
Marta: (valiente) No puedes imaginarte cuánta felicidad me concede el turbante. Oculta un pelo ensortijado, duro, que grita contra la paz de mi hija... Me permite, para bien de ella, pasar por blanca.
Clarita: Y llevarla de la mano hasta el reino de los ángeles rubios.
Marta: (carne de su idea fija) Salvarla de insultos que deforman el alma. Salvarla de miedos que desgarran la voluntad. Salvarla de rencores que estrangulan el corazón. Salvarla.. - Salvarla. - - Entregársela libre al reino de los blancos.
[...]
Caballero 1: ¿Y qué soñaste?
Toña: Que mi cuerpo se convertía en un níspero maduro.
Caballero 1: ¡Hum! ¡Tú estás enamorada!
Toña: Un cuchillo de fuego abrió en dos el níspero.
Caballero 1: Veo. Te quedaste dormida (señalando el flamboyán) mirando el flamboyán. Dicen que éstos se enamoran para el tiempo de la florecida. Y que necesitan besar y besar hasta cubrir de flores la última rama.
Toña: Eso dicen. - -
Caballero 1: ¿Y qué más soñaste?
Toña: Del almíbar nació una niña más blanca que yo.
Caballero 2: El sueño de todas las prietas. Hijos blancos...
Dicen que el gallego Benedicto te ha perseguido por el palmar.
[...]
Clarita: En tercer lugar..., nos iremos a pasear por el jardín.
Mama TOÑA: (asustada) ¿Todas?
Clarita: Pues claro. Las tres... Este jardín pertenece a todas. Tenemos el mismo derecho a disfrutar de los flamboyanes. "



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