Josep Maria López-Picó

Catalunya | 1886-1959

Escritor catalán nacido en Barcelona. Licenciado en Letras por la Universidad de Barcelona, en 1914 empezó a trabajar como funcionario en la Diputación, jubilándose como jefe de negociado, en 1956. También ocupó la plaza de secretario perpetuo de la Sociedad Económica Barcelonesa de Amigos del País y, hasta la Guerra Civil, fue secretario del Col•legi de l'Art Major de la Seda. En 1910 publicó su primer libro de poesías. Hasta el inicio de la Guerra Civil, publicaba un libro al año, como mínimo. Al igual que los músicos, denominaba sus obras como opus, siguiendo un consejo de su admirado Eugeni d'Ors. Otros maestros y amigos suyos fueron Josep Carner, Carles Riba, Josep Vicenç Foix y Josep M. de Sagarra, con los que compartió un sinfín de proyectos y de aventuras literarias. Fue un poeta reconocido, respetado y adulado, y nunca popular. Parte de la fama y del peso social se deben a que era el director de La Revista (1925-1936), una de las principales plataformas literarias del momento. Cabe añadir que un verso suyo dio origen a la teoría de Ortega y Gasset sobre la metáfora. Tuvo los correspondientes honores académicos, miembro del Institut d'Estudis Catalans (1934) y académico de la Real Academia de Buenas Letras (1948). Después de la Guerra Civil abominó de toda modernidad y su obra, construida en extensos poemas, sólo tiene un afán, demostrar que la religión es la única vía posible y eficaz, tanto desde la ética como desde la estética. Era el resultado de sus creencias y opiniones. Había escrito frecuentemente que el período 1936-1939 fue un suicidio colectivo y el franquismo, la expiación del pecado cometido. Como cristiano, aceptó la penitencia. Puede que con el tiempo se le recuerde como promotor cultural, también por algunos poemas y, aún más y por lo que seguro él no imaginaba, las páginas de su Dietari. Lo empezó en 1929 y lo fue escribiendo regularmente hasta pocos días antes de morir. Se trata de un monumental y lúcido testimonio de las contradicciones y dificultades de un intelectual catalanista, católico y de derechas que vivió la República y la Guerra Civil, y en ambos períodos se sintió incómodo. Lo mismo le pasó con el franquismo, al que esperó, pero le desengañó con la persecución de la lengua catalana. El nacionalismo español no ha de ser particularista, escribía en unas de sus filigranas sobre el Régimen, porque la diferencia es una riqueza y un matiz en la "unidad hispánica esencial". En ninguna parte ni en ningún tiempo se sintió cómodo, excepto en su casa, encerrado, escribiendo. © RAH

Textos:

Fútbol, de 5 Poemes –en catalán-