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  José de Velilla


    España | 1847-1904
Velilla
  Literato, historiador y abogado español nacido en Sevilla. Estudió Leyes y Literatura con José Fernández Espino y Francisco Rodríguez Zapata, a través de los que conoce a los maestros de la escuela poética sevillana. Arguijo, Herrera, Jáuregui, Lista y Reinoso, son algunos de los nombres de los que se convertirán en sus primeros modelos. Con 17 años, estrenó su primer drama, Don Jaime el desdichado, que tuvo notable éxito, lo que le animó a seguir una carrera que le depararía muchos aplausos. Esta labor literaria la compaginaba con su ejercicio como procurador en los tribunales. Velilla formó parte tanto de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras como del Ateneo de la ciudad. En la primera ingresó en 1875 con el discurso Orígenes y progresos del teatro español, en el que disertó sobre el género dramático desde la Antigüedad hasta el Romanticismo; al segundo accedió en 1887. Hombre de ideas avanzadas, tras la Revolución de 1868 ingresó en el grupo revolucionario del que formaban parte, entre otros, Antonio Machado y Núñez, Rafael Álvarez Surga, Luis Escudero, Federico de Castro, y Manuel Gómez Zarzuela, todos unidos en la lucha por la libertad y el progreso. Para estos jóvenes las inquietudes políticas se suman a las literarias y culturales, y así lo manifiestan en las publicaciones sevillanas en las que colaboran. Es el caso de El Tío Clarín, cuyas caricaturas y comentarios fueron muy celebrados por los lectores y llegaron a ser denunciados por su carácter malicioso durante los años cercanos a la Revolución de 1868. Velilla firma en él y, además, en El Independiente, los republicanos La Libertad y La Juventud, El Baluarte, El Alabardero y, de inclinación más literaria, Esplandián, La Giralda, Revista Sevillana (segunda época), La Aurora, El Gran Mundo, El Ateneo, El Liceo Sevillano, La Ilustración Bética, El Arte Andaluz, etc. Su nombre figura también en Blanco y Negro y, ocasionalmente, en La Correspondencia de España, ambas de Madrid. Sus versos de tono crítico asoman asimismo a las páginas de Vida Nueva (1899). Para sus amigos y compañeros de generación, Velilla es, ante todo, el hombre combativo y, como literato, un poeta. Sus pinitos líricos se inician muy pronto en las revistas y ya en 1875, publica su primer libro de textos poéticos, Meditaciones y Recuerdos, más tarde incluido en el volumen Poesías líricas (1912), editado póstumamente. Además, participa en libros colectivos (homenajes, coronas). Mario Méndez Bejarano le destaca como continuador de la escuela poética sevillana y le cree uno de sus principales representantes en el último tercio de la centuria. Su talante liberal le lleva a elegir temas sociales en composiciones que a veces recuerdan al poeta civil por excelencia de la poesía de la segunda mitad del siglo XIX, Gaspar Núñez de Arce; otras veces se advierten los ecos de Ramón de Campoamor o, influjo cercano, de Gustavo Adolfo Bécquer. Con su hermana, la también escritora Mercedes de Velilla, celebraba en la casa familiar de la calle de los Manteros una tertulia literaria que, según Luis Montoto, era llamada El Parnaso; allí acudían todos los jóvenes poetas sevillanos (como Narciso Campillo, Luis Montoto, Felipe Pérez y González, y Manuel Cano y Cueto, entre otros). Sus contemporáneos valoraron mucho su faceta de historiador en obras como El teatro en España o Liberales y realistas.  © Marta Palenque

Textos:


El teatro en España (fragmento)
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