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Manuel María Arjona España | 1771-1820 | |
Polígrafo, poeta y religioso español nacido en Osuna, Sevilla. Hermano de José Manuel de Arjona y Cubas, estudió filosofía en la universidad de Osuna y derecho civil y canónico en la de Sevilla. En Osuna fundó una Academia literaria titulada Silé, y en Sevilla fundó y participó en otras Academias, algunas de corta duración como la Horaciana (1788), la de Buenas Letras y la de Letras Humanas, que contribuyó a fundar en 1793. Ya por esta época despuntaba como poeta. Colegial en el Colegio Mayor de Santa María de Jesús, del que años después sería rector, estudió en él lenguas clásicas, humanidades y literatura. En 1789 se doctoró en Osuna. En 1797, ya doctoral de la capilla real de San Fernando de Sevilla, acompañó al arzobispo Despuig en un viaje a Roma, en donde Pío VI le nombró su capellán secreto supernumerario. En 1801 pasó a Córdoba, por haber ganado en su catedral una plaza de canónigo penitenciario. Se hallaba en Madrid cuando entraron los franceses en España, por lo cual el 19 de abril de 1808 decidió volver a Córdoba. Escribió una Memoria sobre el modo de celebrar Cortes en España, que se envió a la Junta Central. Pero cuando los franceses entraron en Córdoba en 1810, decidió quedarse en la ciudad, colaborando con los invasores a la fuerza, aunque según pretendió después procurando al mismo tiempo favorecer a los patriotas. Publicó la oda La Bética coronando al Rey Nuestro Señor Don José Napoleón 1º (1810), que él mismo procuró destruir después. Fundó allí, en noviembre de 1810, la Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, siempre bajo los franceses. Desarrolló para ello la sección literaria de la Sociedad Económica. En la ciudad de Córdoba acometió dos misiones importantes por encargo de los ocupantes: una, reunir los hospitales de Sevilla, y la segunda verificar la extinción del Santo Oficio, para lo cual clasificó los papeles, dando al fuego los que le parecieron inútiles. En 1812 salió de Córdoba para dirigirse a Cádiz; pero en Écija fue encarcelado bajo la acusación de que había sido redactor de la Gaceta de Córdoba. Fue llevado preso a Córdoba, donde se le confiscaron sus bienes, y se le tuvo incomunicado hasta el 24 de diciembre, día que se le redujo a arresto domiciliario. En 1814 publicó un Manifiesto de autojustificación. Siguió después con Al Rey Nuestro Señor Don Fernando VII, por el laborioso primer alumbramiento de la Reina (1817). A finales de 1818 se trasladó a Madrid, donde fue secretario de la Academia Latina, y donde leyó el Elogio fúnebre de la Señora Reina Doña María Isabel de Braganza, mujer que fue de nuestro amado Monarca el Sr. D. Fernando VII (1819). Pero poco después, por influjos de Lozano Torres, fue desterrado de Madrid, trasladándose a Córdoba. Con el cambio constitucional, en marzo de 1820 escribió una memoria titulada Necesidades de la España que deben remediarse en las próximas Cortes. Habiendo ido a Madrid por algunas diligencias, allí le sorprendió la muerte. © Gil Novales
Textos:
La diosa del bosque Triste cosa es gemir entre cadenas
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